Octubre
de 1998
LA PESCA DE LA TRUCHA COMO
PRODUCTO TURÍSTICO
Introducción
La Empresa para la Conservación
de la Flora y la Fauna de Villa Clara y su agencia ECOTUR SA, han estado
trabajando en un proyecto para el rescate y la puesta a punto del producto
turístico: PESCA DE LA TRUCHA, en la región central del país, abordándolo con
una filosofía y enfoque novedosos en Cuba y al mismo tiempo coherentes no solo
con las tendencias mundiales de turismo ecológico y de protección del medio
ambiente, sino también con las expectativas del turismo en la provincia y de la
alta dirección del país.
Antecedentes
El turismo especializado tiene en
el centro del país un amplio campo de aplicación, específicamente la pesca de
la trucha como actividad turística. Aunque comenzó por la Laguna del Tesoro
alrededor de 1977, encontró en la antigua provincia de Las Villas el lugar
idóneo para comenzar a desarrollarse y asentarse. Factores como: el potencial
de la citada especie en sus acuatorios, el número y tamaño de estos, su accesibilidad
desde la vasta red vial, y el nivel y preparación del recurso humano, entre
otros, hicieron que hoteles como Zaza y Hanabanilla, tuvieran como principal razón de ser la pesca
de la trucha en los embalses aledaños.
Como consecuencia de esto están
creadas casi todas las condiciones para explotar el producto, sin embargo nunca
antes esta explotación ha sido tan infructuosa como ahora. Existen las
capacidades hoteleras, la infraestructura específica necesaria (lanchas, guías,
etc.), los embalses que ahora incluso son más numerosos que antes, pero vemos
que en un momento en que el país crece el turismo incesantemente y se
consolidan polos y ofertas, en la provincia se carece de un producto turístico
que nos caracterice y confrontamos problemas por el poco turismo de estancia
que tenemos. Al mismo tiempo, este necesario crecimiento turístico ha traído
consigo efectos socialmente indeseables, por lo que se nos ha llamado a
fomentar variantes más sanas de turismo, como son el turismo de eventos y el turismo
especializado.
Por estas razones, y conociendo
que es perfectamente posible rescatar la pesca de la trucha como actividad
altamente rentable para el país, comenzamos a trabajar con la estrategia que
creemos idónea para lograr este objetivo.
Desarrollo

El primer paso que dimos fue
hacer una caracterización de las presas del territorio para determinar la estrategia
a seguir. Este trabajo no solo se limitó a evaluar poblaciones de truchas, sino
que fue un análisis más abarcador.
I – El primer aspecto que evaluamos
en cada embalse fue lógicamente el referente al estado cuantitativo y
cualitativo de las poblaciones de truchas, gracias a los muestreos hechos en
los dos últimos años y a nuestras estadísticas de pesca con cordel y anzuelo de
muchos años determinamos cuales eran los acuatorios “más trucheros” y los “menos trucheros” y su estado actual.
II- El segundo aspecto en grado
de importancia fue el referente a la producción acuícola del MIP, captura total
y expectativas de la acuicultura en cada lugar. Porque aunque hemos constatado
y hemos dicho durante años que la acuicultura con sus producciones y la
explotación deportiva de la trucha no se excluyen ni se estorban, siempre
preferimos escoger embalses donde la
acuicultura tuviera intereses mínimos, donde las expectativas comerciales
fueran pocas o ninguna debido a la captura de las cooperativas en esos lugares.
III- Se evaluó la afectación que
traería para los pescadores deportivos organizados en la Federación de pesca,
viendo el uso que históricamente hicieron los pescadores deportivos de las
presas del territorio,y las bases de pesca deportiva existentes. No queríamos
tampoco afectar este otro gran grupo de “usuarios” de los recursos ícticos.
IV – Se evaluó el estado de las
cuencas en cuanto a contaminación y uso del agua.
V- También se estudió la
configuración y ubicación de cada presa, pensando en accesibilidad y facilidad
de control ante la pesca furtiva.
VI- Finalmente evaluamos las
razones que han hecho declinar la calidad y cantidad de pesca de la trucha en
cada caso, encontrando que en general, aunque han incidido varios factores de
carácter local y/o temporal en cada caso, el principal es la sobrepesca,
entendiéndose por esta la que se lleva a cabo de forma indiscriminada a lo
largo de todo el año con cordel y anzuelo (ya sea con varas o a la mano), con
atarrayas, redes de cualquier tipo, escopetas submarinas, etc., sin límites de
captura ni de tallas, sin respetar ninguna restricción, desde la orilla, en
botes o fundamentalmente en cámaras, y que generalmente su destino es el
mercado negro o venta ilegal.
Como resultado de la evaluación
de los anteriores aspectos, escogimos 3 presas de la región central: “Palma
Sola”, en el municipio Corralillo, Hanabanilla en Manicaragua, y “Voladoras”,
del municipio Rodas, que aunque perteneciente a la vecina provincia de
Cienfuegos se encuentra en los límites de Villa Clara muy cerca de Santiago de
Cartagena. Las 3 cumplían los siguientes requisitos (En el mismo orden de los
factores evaluativos):
I- Calidad como embalses
trucheros.
II- El MIP no tiene grandes
intereses ni expectativas comerciales en ellos.
III- No existen bases de pesca
del INDER o la Federación deportiva. Históricamente han sido poco pescadas
deportivamente, la mayoría prefiere ir a otros embalses.
IV- Sus cuencas son las menos
contaminadas del territorio.
V- En caso de establecer
regulaciones de protección son más fáciles de controlar dada su configuración,
ubicación y acceso.
VI- El estado actual de las
poblaciones de truchas permite recuperar una pesca de calidad más rápidamente
con menos inversiones.
Una vez escogidos los embalses,
no era lógico montar proyectos de conservación y programas de manejo si
previamente no se regulaba la captura de truchas en ellos, lo que estudiando el
Decreto-Ley 164 de 1996, denominado “Reglamento de Pesca”, vimos que en su
artículo 22 declara que se pueden definir zonas bajo régimen especial de uso y
protección, que son aquellas áreas protegidas legalmente en las cuales las
actividades pesqueras se rigen por disposiciones especiales. Nuestra empresa
para la Conservación de la Flora y la Fauna, por otra parte, mantiene un
sistema de áreas protegidas en todo el país, con programas de protección a
varias especies. Con esto vimos que no había ninguna contradicción y que si
dábamos los pasos legales podíamos solicitar estas presas como zonas bajo
régimen especial de uso y protección.
Definimos entonces que el régimen
especial que queríamos para esas presas era, establecer la pesca de la trucha sin
muerte. Esto es, capturar las truchas y soltarlas vivas, para todos por igual,
cubanos y turistas extranjeros. No se trataba de prohibir pescar sino de
fomentar el “captura y suelta” para todos, de fomentar lo deportivo-recreativo.
Así en marzo 97 convocamos una
reunión de trabajo con representantes del MIP, Federación Cubana de Pesca
Deportiva, CITMA, OPIP (Oficina Provincial de Inspección Pesquera), INRH,
Medicina Veterinaria, ECOTUR SA y otras
entidades turísticas. Les hicimos conocer el trabajo que habíamos previamente
hecho, nuestras intenciones y filosofía, y elaboramos de mutuo acuerdo un
documento que fue elevado al Departamento de Regulaciones Pesqueras del MIP,
solicitando concedieran el régimen especial de uso y protección a las presas ya
mencionadas (En aquel entonces todavía en la provincia no existía la Comisión
consultiva de pesca).
A partir de ahí mantuvimos un
trabajo muy estrecho con los compañeros de Regulaciones Pesqueras, el cual
trajo como resultado la Resolución 260/98 en la que se declaran los embalses de
Palma Sola y Voladoras “como acuatorios bajo régimen especial de uso y
protección para la práctica de la pesca deportivo-recreativa de la especie
conocida como trucha, en la modalidad de capturar
y soltar exclusivamente” (de la cual adjuntamos copia).
También como resultado debe salir
antes de finales de 1998 otra resolución en la que se resuelve propiciar el
fomento de la trucha, y el desarrollo sostenible de su pesca deportivo- recreativa
en varios embalses a lo largo de todo el país, estableciendo tallas mínimas y
vedas. Entre estos está Hanabanilla (adjuntamos copia del proyecto de
resolución).
[i]
Este es parte del trabajo que desarrolle’ como especialista de pesca deportiva
en la Empresa Flora y Fauna con respecto a la trucha (Micropterus Salmoides) durante los años 1995 al 1998
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