sábado, 4 de febrero de 2017

EL TESORO EXISTE, ¿OTRA VEZ?
La gente que se gana la vida comentando la política ha tenido bastante presente a James Carter en los últimos tiempos, porque fue el primero que intentó mejorar un poco las cosas con los cubanos, hasta que Barack Obama logró adelantar un nuevo trecho la tarea. Lo que no previeron ninguno de los dos mandatarios  es que su trabajo tuviera como primeros beneficiarios ― puesto que hablamos de política, sería excesivo referirse a admiradores ― justamente a los aficionados a la pesca de su país.
En el verano de 1977, apenas comenzando el mandato de Carter, la prensa norteamericana se hacía competencia mencionando la pesca de la lobina boquigrande, para ellos black bass largemouth, justamente en un sitio cubano, la Laguna del Tesoro. Es por cierto un misterio que no fuera este humedal, en el corazón de la Ciénaga de Zapata, uno de los enclaves de pesca a los que la presencia de Ernest Hemingway dio promoción. Una vez se refirió, un poco elusivamente, a la pesca fluvial en el país que escogió para poner su casa, y fue para decir que “usted podría hacer buena pesca de truchas en los alrededores de Matanzas, donde existe un agradable y sencillo hotel” (1), y ni una palabra más.
Un periódico de Virginia, The Free Lance-Star, puso en circulación el 19 de agosto de aquel año un artículo cuyo título era ya toda una declaración: “Treasure Lake - Bass Fishing Paradise”. Y como si le pareciera poco, el primer párrafo ya se excede, incluso para el ego nacional de los que pescamos de este lado: “Si usted se encuentra en la India, irá a ver el Taj Mahal. En Egipto visitará las Grandes Pirámides. Un norteamericano pescador de lobinas boquigrandes aterriza en Cuba con un único objetivo ― una peregrinación (pilgrimage) a la Laguna del Tesoro.” Pero esto no fue más que un pequeño detalle en la excitación que había entre los pescadores.
Era como si ellos mismos, los habitantes de América del Norte, no tuvieran en sus propias charcas y arroyos la lobina, tan calmadamente bautizada como trucha, una vez que los tanques de 55 galones que trajeron los primeros alevines fueron descargados en el puerto de La Habana. La última semana de mayo de 1977 fue como si alguien hubiera dado un pistoletazo de arrancada. Frank R. Vestal, un entusiasta de la lobina de Little Rock, Arkansas, vice presidente ejecutivo de Telesport, Inc. y productor de la serie de televisión “Bill Dance Outdoor”, estuvo entre los primeros en retornar a la Laguna del Tesoro, “después de más de 18 años”. Pero, por lo obvio, más sabía la longeva Field & Stream.
Era la misma fecha de pesquería, y el artículo salió, coincidencia, en el mismo mes que el que circuló en Virginia. Pero a Ken Shultz, editor de pesca de la publicación, nadie fue a hacerle el cuento. Invitó como compañero de pesca a un fabricante de señuelos de Florida, nombrado Wayne Dyer, que casualmente había operado antes de 1959 un campamento de pesca en un cayo de la laguna, y se fueron por cuatro días a  experimentar con los últimos adelantos de la caja de avíos para ver saltar las truchas y realizar el enervante descubrimiento de los sábalos en los canales de la Ciénaga de Zapata que desembocan al acuatorio. Tres palabras escribió Shultz: “The treasure lives”, justo las que querían escuchar sus lectores (2).
Hoy corresponde a CUBANOS DE PESCA hacerse cargo de un mensaje similar. Felipe Rodríguez Alonso, reconocido guía de pesca y principal directivo de esta modalidad de turismo en la Península de Zapata, confirmó que es inminente la reapertura de la pesca de esta carismática especie en el famoso acuatorio. “Están firmados los contratos para la explotación de la pesca del black bass en la Laguna del Tesoro bajo la modalidad de catch and release (captura y suelta)”. Las partes involucradas son el Parque Nacional Ciénaga de Zapata, titular de la conservación del área, el grupo Cubanacán y una agencia de viajes canadienses que ha sido consultada por el blog para que ofrezca su opinión.
Desde principios de los pasados años noventa el área de Zapata comenzó a atraer intensamente el interés de los pescadores aficionados foráneos (3), mientras los especialistas del área protegida integrante del proyecto de rescate de la pesca en su principal cuerpo fluvial destacan por la calidad de sus acciones a favor de la conservación y la educación ambiental. En tal sentido, han desarrollado importantes áreas de pesca del macabí y otras especies, cuya explotación hoy día interesa a importantes turoperadores, mientras de 2006 a 2010 convocaron y ejecutaron el torneo nacional de pesca a mosca Zapatafly, el principal certamen conservacionista protagonizado por aficionados del país y primero en tal modalidad celebrado en la República de Cuba. 

NOTAS
1- Hemingway: “Cuban fishing”. En Game fish of the world. New York, Harper & Brothers Publishers, alrededor de 1949).
2- Shultz, Ken: “The treasure lives”. Field & Stream, Iowa (USA), Vol. 82, No. 4, pp. 114-122 - (124… 132).
3- León Almeida, Ismael: “Zapatafly. Toda la historia (http://zapatafly.blogspot. com/2011/11/pasara-2011-sin-que-tengamos.html).