lunes, 29 de diciembre de 2014



Rubén nació en Cuba y reside en los Estados Unidos. En los últimos meses ha estado en contacto con el foro del blog CUBANOS DE PESCA y ha comenzado a compartir algunos materiales de sus pesquerías en Cuba, de algunas innovaciones muy criollas que vamos a mostrar más adelante, y también de unas pesquerías de fin de semana en aguas de los lares donde ahora vive. El texto siguiente se explica por sí solo. Con esas líneas y las fotos que la acompañan, no hay que decir que Rubén es joven y lleva a dondequiera que se encuentre ese modo particular que tienen los nacidos en la Isla, que se manifiesta también en la forma de disfrutar las pesquerías.
RETORNO AL HANABANILLA

Esa pesca fue en febrero del 2013. Para empezar, cuando voy de visita no tengo mucho tiempo siempre trato de ir a pescar por lo menos de uno a dos días. Este día en particular fue un domingo porque el sábado por la noche mis amigos y yo la pasamos en Cienfuegos paseando hasta las tres de la madrugada. Yo soy originalmente de Manicaragua un pequeño pueblecito cerca del Escambray. Bueno como les iba contando, de regreso no valía la pena seguir para mi pueblo para después levantarnos a las 6 am para volver a la Hanabanilla a pescar. Todos estuvimos de acuerdo de seguir directo para el Hotel. En ese entonces el hotel estaba bajo construcción y no había habitaciones disponibles. Tuvimos que dormir en una parada de guagua hasta que  mi otro amigo, dueño del bote, llegara al lugar.
Bueno como esperado él llegó a las seis y de ahí nos cambiamos de ropa en su casa, donde también desayunamos y salimos a la pesquería. Su bote tiene como tres o cuatro metros de eslora, con un pequeño motor de petróleo de un solo pistón, y asientos de plástico de guagua “Giron”. Rápidamente llenamos el bote con las provisiones que necesitaríamos para la pesca ese día; nos llevamos un racimo de plátanos y manteca para poder freír los peces que cogiéramos en la jornada. No habíamos ni prendido el motor e hice un tiro con un mamporro artificial. Al momento saqué la primera trucha del día. Tenía como dos libra en final un buen ejemplar. Nuestro destino era Rio Negro y la cueva de La Vieja. En el camino paramos varias veces en pedregales para tirar con el cordel a mano usando “brinquinillo”, un pequeño camaroncito transparente, y logramos coger las biajacas criollas ya que su hábitat es principalmente las rocas y cuevas. Al llegar a Rio Negro tomamos un pequeño descanso de como treinta minutos, durante el cual comimos algunas masitas de puerco.
Al frente mismo de Rio Negro había una gran mancha de hierba flotante donde principalmente la trucha habita. Ahí use una imitación de rana, ya que esta flota por encima de la yerba y no se enreda con nada. Con la ranita logre coger dos truchas aunque no eran muy grandes mis amigos no quisieron soltarlas. De ahí seguimos a la cueva de La Vieja donde use una mezcla de carnadas para poder lograr capturar unas 4 piezas más. Después de un buen rato pescando decidimos ir a bañarnos a la cascada, donde también tienen un fogón de madera donde cocinamos la pesca aunque no nos rindió mucho porque éramos muchos.
Después de un buen tiempo en la cascada decidimos regresar, ya que el bote no caminaba muy rápido y nos íbamos a demorar aproximadamente unas dos horas solo para llegar al hotel. Ese día la pase de maravilla ya que pude regresar al Hanabanilla, un hermoso embalse. También pude compartir con mis amigos que hacía tiempo que no veía. Definitivamente ese día fue una gran memoria.
Rubén.

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